martes, 18 de mayo de 2010

Un día despejado y nada de recuerdos




Nada de soldados en el paisaje,
nada de pensamientos de personas ahora muertas,
tal como estaban cincuenta años atrás:
jóvenes y viviendo en aire vivo,
jóvenes y andando a la luz del sol,
volviéndose, con vestidos azules, para tocar alguna cosa,
hoy la mente no es parte del tiempo que hace.

Hoy está el aire despejado de toda cosa.
No conoce ninguna cosa salvo la nada
y corre sin significados sobre nosotros,
como si entre nosotros nunguno hubiese estado nunca aquí
ni estuviera ahora tampoco: en este superficial espectáculo,
esta invisible actividad, este sentido.


W. S

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